Estamos siendo testigos de algunos cambios de lo más interesantes en Apple. La compañía de
Cupertino, que durante mucho tiempo se ha aferrado a una filosofía cerrada, está tomando un camino diferente y, hasta hace algunos meses, prácticamente impensado.
Una de las novedades más destacadas de este último año ha sido la apertura de iOS, que ahora permite, entre otras cosas, la instalación de tiendas de aplicaciones alternativas en la Unión Europea. El cambio más reciente tiene que ver con la reparabilidad del
iPhone.
En la actualidad, el teléfono inteligente de Apple no es tan fácil de reparar. Si bien el fabricante ha implementado algunas mejoras que lo hacen más fácil de desmontar, el dispositivo está alcanzado por limitaciones de software que complican bastante las cosas.
Supongamos que tienes un
iPhone cuya pantalla ha resultado dañada. Un miembro de tu familia, tiene un modelo idéntico con varios componentes dañados, excepto la pantalla. Esta persona decide darte su teléfono para que puedas aprovechar su panel de visualización intacto.
Hasta este punto, todo parece perfecto. Pues bien, cuando realizas el reemplazo de la pantalla te encuentras con una inesperada anuncio. Un mensaje en el sistema te dice que no es posible determinar que se trata de una pantalla original de Apple, aunque realmente lo es.