El gobierno de
Kenya acaba de firmar un acuerdo con los Estados Unidos para la cooperación en tecnología nuclear, con la idea de integrar la energía nuclear en el mix de generación eléctrica del país en 2035.
Kenya es un país sometido a un fortísimo crecimiento pero en el que el consumo de electricidad de los hogares es aún muy bajo en comparación con los países desarrollados, lo que hace prever un fuerte incremento de sus necesidades de generación. El país ha experimentado un rápido crecimiento económico y poblacional en las últimas décadas, y a medida que la industrialización y la urbanización avanzan, la demanda de electricidad aumenta, lo que ha llevado a la búsqueda de fuentes de energía más sostenibles y confiables.
Por otro lado,
Kenya tiene una base muy significativa de generación de energía renovable, principalmente a partir de la geotermia, la hidroeléctrica y la eólica, y descubrió en 2012 unas grandes reservas de petróleo en su territorio. El gran potencial geotérmico de país choca aún con el aún escaso desarrollo de la infraestructura para aprovechar completamente estas fuentes. El país ha sido tradicionalmente uno de los más ambiciosos de África en el desarrollo de las energías renovables, y tiene una de las tasas de propiedad de energía solar en hogares más altas del mundo. Cada vez más personas recurren a la energía solar debido a los costes relativamente altos de la conexión a la red y a la abundancia de energía solar.