En prácticamente la inmensa mayoría de su filmografía, y esto incluye sus trabajo para la gran pantalla y sus obras catódicas, Mike Flanagan ha sabido equilibrar a la perfección el terror y sus tropos con lo estrictamente emocional. Pues bien, el master of horror contemporáneo ha inclinado la balanza hacia el lado más dramático del fantástico, y la jugada le ha salido redonda.