Momento íntimo entre X-2506 y Y-2808 en el pequeño cubículo del búnker, un año antes de la destrucción de la
Máquina.
[2159, un año antes de la destrucción de La Máquina] El cubículo es apenas un espacio en la penumbra, un lugar de paredes grises donde las voces y las sombras se apagan. Esta noche, sin embargo, es distinto. Esta noche, Y-2808 está aquí, en este pequeño rincón que parece respirar por primera vez desde que llegué al búnker. La siento cerca, la noto en cada partícula de aire, y por un momento, todo lo demás se desvanece.
Conocí a Y-2808 hace un año, un encuentro tan casual que nadie habría imaginado que acabaría aquí, en esta noche sin palabras. Ni siquiera sé si llamarlo amor, una conexión que trasciende las rutinas y las órdenes. Pero en un lugar como este, donde el tiempo no es nuestro y cada día es una repetición de espera, sentir algo tan humano es casi como un acto de rebelión.
Ella está junto a mí, su piel cálida bajo mis manos. En la oscuridad, sus ojos se clavan en los míos, tan profundos como las ideas que ambos escondemos. Porque hay algo que ambos sabemos, algo que permanece como una línea invisible entre nosotros: los secretos que llevamos. Yo conservo el mío como un tesoro que aún no he compartido. Lo he meditado durante años, desde que supe que viajar en el tiempo no era solo una leyenda, sino una posibilidad.