El filme "Speak No Evil" hizo subir el pan hace dos años cuando su estreno en
Festivales dividió a una crítica a la que su tremendista tercer acto dejó consternada. Ahora se presenta su remake americano, cuya decisión de revisitar el título danés no auguraba nada especialmente estimulante, sin embargo "No hables con raros" es fantástica contra todo pronóstico.
Hacía tiempo que la tendencia en Hollywood de trasladar filmes internacionales para nuevos públicos no se tomaba tan poco tiempo en traducir una obra para lograr que el público americano, pase por el cine para ver una idea que merece la pena la transformación. Aunque principalmente las razones tradicionales sean la barrera idiomática, como marcó la ola de traslaciones de terror japonés en los 2000, este enfoque además permite a los cineastas explorar diferentes contextos culturales y dinámicas sociales.
No es casualidad que el elegido para la operación, firmando además el guion, haya sido James Watkins, cuya "Eden Lake" todavía crea escalofríos al recordar el potencial hostil de los adolescentes británicos.