Boticaria
García es una de las mejores divulgadoras de salud de habla hispana. Cuenta con varios libros escritos, incluso con karaoke y cientos de consejos en sus redes sociales. La farmacéutica es experta en temas como la nutrición, quedando plasmado su conocimiento en su libro "Tu cerebro tiene hambre: 5 grandes cambios que te ayudarán a perder grasa y ganar salud". De él vamos a extraer las reglas de oro para evitar que tu cerebro tenga hambre.
El estrés libera cortisol, ese amigo con el que si estamos un rato nos lo pasamos bien, pero demasiado ya empalaga. Esta hormona es uno de los peores enemigos del "peso ideal". El cortisol afecta al apetito y a la acumulación de la grasa, así que comeremos más y peor, y ganaremos peso. El estrés además hace que escojamos peores alimentos.
El azúcar refinado está por todas las partes, hasta en panes y todo tipo de alimento que no sabemos. Sí conocemos que los ultraprocesados como la bollería están repletos de azúcar simple, pero se nos escapa lo que este ingrediente hace en nuestro cerebro en relación con el hambre.
Al tomar azúcares simples se genera en el la sangre una alta concentración de glucosa. Ese pico hace que se libere insulina para introducirla a las células y evitar problemas por el exceso de azúcar en sangre durante mucho tiempo. Cuando eso sucede, ese pico generado al comer tiene su opuesto con un descenso brusco, que suele sentirse con hambre de nuevo, a pesar de haber comido hace nada.