"Con pan y vino se anda el camino". El pan ha sido un alimento básico a lo largo de la historia. Mucho han cambiado sus ingredientes y su fabricación desde antaño, existiendo ahora una larga lista de opciones de todo tipo, pero el pan necesita solamente cuatro ingredientes: harina de algún cereal, agua, levadura para que fermente y una pizca de sal. El tipo de harina, así como el resto de ingredientes, es lo que define al pan. Boticaria
García hace la radiografía del pan perfecto en su libro "El jamón de York no existe: La guía para comprar saludable y descubrir los secretos del supermercado".
La harina integral debe ser el primer ingrediente que nos encontremos en una etiqueta, aunque en gran cantidad de ocasiones lo compramos directamente sin ella. Lo ideal es que sea elaborado al menos al 70% con harina integral, siendo obviamente la elaboración 100% con harina integral el mejor escenario.
Marián
García señala que debemos diferenciar entre dos conceptos, a priori iguales. El pan elaborado 100% con harina integral es aquel que ha utilizado únicamente esta modalidad de harina. Sin embargo, el pan elaborado con harina 100% integral puede tener además harina refinada. En este caso el orden de los factores sí altera el producto.
La legislación vigente, y estas artimañas del márquetin hacen que no seamos fácilmente manipulables.