Cuando Netflix creó su "videoclub online" que iba más allá de enviar DVDs a las casas de la gente, allá por 2007, su llegada sirvió como ventana secundaria. Todo lo que no habías podido o querido ver en el cine, lo tenías medio año luego en televisión. No importa si eran blockbusters o la última película ganadora en Cannes: se trataba del reducto de los filmes que se te habían pasado por alto o que no considerabas suficientemente atractivas como para pagar lo que costaban.