Con los grandes espectáculos de Hollywood cada vez más desprovistos de artesanía, o incluso marcados por las prisas y obligados a aceptar resultados más ramplones, se agradece que otros cines intenten compensar el vacío. Concretamente el cine europeo nos está rescatando mucho del cine adulto que solíamos disfrutar, ahora también incluyendo los grandes trabajos de aventuras como hace la nueva "El conde de Montecristo".