Cuando la Academia española decidió enviar 'Segundo premio' a los Óscar, en un año muy potente para el cine internacional (ahí están cosas como 'Emilia Pérez', 'Aún estoy aquí', 'Flow' o 'La semilla de la higuera sagrada', entre otras), la mayoría ya imaginábamos que el 3 de marzo no estaríamos precisamente comiéndonos las uñas por ver si Isaki Lacuesta subía al escenario del Dolby Theatre a recoger su Óscar. No por mala, ojo.