Muchos no lo han vivido, pero hace 30 años en España se veía mucho cine europeo de género, e incluso había algunos éxitos inesperados como "El vigilante nocturno", un fenómeno procedente de Dinamarca de 1994 que nos descubrió al director Ole Bornedal, quien ahora nos lleva tres décadas en el futuro desde los acontecimientos de la original en una inesperada secuela de aquella, la estupenda "El vigilante nocturno: demonios heredados" (NightWatch: Demons are Forever), un ejemplo de cómo ofrecer alg