Haber dirigido filmes de culto como 'Tangerine', joyitas indie de la talla de 'Florida Project' o 'Red Rocket' y estar metido de lleno en la carrera por el Oscar gracias a una 'Anora' que tiene cada vez más papeletas para salir de la gran cita de la temporada de galardones con algún premio gordo bajo el brazo no está reñido con saber disfrutar de los pequeños placeres de la vida.