Asociamos, no sin razón, al género western con la gran pantalla. Al fin y al cabo, muchos de los grandes clásicos americanos (e italianos) tienen la ambientación del Oeste, y han sido capaces de darnos imágenes inolvidables. Pero parte de la historia del género no se entiende sin el medio televisivo, donde grandes producciones de pequeña pantalla siguieron la estela del cine.