La fascinación por los crímenes reales es algo compartido a lo largo del planeta, pero en España el género del true crime ha sabido pegar fuerte explotando algunos de los casos más sensacionalistas. Cosa en parte innecesaria, ya que la historia negra de nuestro país no sólo tiene suficiente interés para servir de relatos de advertencia contemporáneos, sino que en casos como "El crimen de Cuenca" se convierten en ejemplos de excelencia cinematográfica.