El cuerpo no entiende de
ejercicios, solo de demandas. Con esto lo que quiero decir es que tendemos a clasificar los
ejercicios por categorías y aunque a veces es útil, otras veces implica dar por hecho que todos los
ejercicios de esa categoría aportan el mismo estímulo al músculo objetivo. No es así y hay muchos ejemplos.Â
Alguno de
estos ejemplos son los jalones o tracciones verticales. Pensamos que todos trabajan el dorsal de la misma forma, tal vez con algunas diferencias en cuanto al recorrido o en cuanto a la implicación de los bíceps, pero en esencia todos consiguen lo mismo a nivel del dorsal. Pensar esto es un error porque si analizamos algunos de los jalones vemos que hacerlos, con un agarre medio y neutro acaba siendo exactamente lo mismo que muchos remos en máquina, sobre todo si hacemos el jalón inclinándonos ligeramente hacia atrás.Â
El dorsal es un músculo que esencialmente hace dos cosas: extender y aducir el hombro. El movimiento articular que tiene lugar cuando extendemos el hombro transcurre en un plano sagital mientras que la aducción transcurre en un plano frontal. Cuando hacemos un jalón como hemos descrito antes estamos haciendo una extensión de hombro, algo que ya realizamos en los remos por lo que el movimiento acaba siendo redundante.