Cuando hablamos de optimizar nuestro entrenamiento y
distribuir las
sesiones a lo largo de la semana, es crucial entender cómo se interrelacionan las variables de frecuencia de entrenamiento y recuperación de la fatiga. Pero, un concepto destacado que debemos recordar es que no necesariamente tenemos que optar por microciclos de siete días, es decir, que podemos trabajar con rutinas que consten de cinco
sesiones aunque nosotros solo entrenemos cuatro veces por semana.
En este artículo te explicamos qué criterios tener en cuenta a la hora de
distribuir nuestras rutinas de entrenamiento a lo largo de la semana y cómo se interrelacionan la frecuencia y la fatiga.
Lo primero que deberíamos tener en cuenta es el impacto de la fatiga central en nuestros entrenamientos. Si una sesión provoca un daño muscular excesivo, la fatiga central puede influir negativamente en cualquier sesión posterior sea del grupo muscular que sea. Esto se traduce en que si entrenas torso un lunes, el entrenamiento de piernas del martes se verá negativamente afectado por esa fatiga residual.
Debemos tener en cuenta que la fatiga central no es una sensación de fatiga generalizada. De hecho muchas personas pueden sentirse cansadas y que haya poca fatiga central y viceversa.