La censura ha existido desde que el cine es cine. Literalmente: en 1896, un corto donde la bailarina de
Coney Island Fatima Djemille (aparentemente, al menos, puesto que nadie ha averiguado su identidad exacta) bailaba durante unos segundos, se acabó proyectando con franjas arriba y abajo tapando sus aparentes partes pudendas. El problema es que llevaba ropa, pero estas barras dispararon la imaginación de aquellos tempranos espectadores de finales del siglo XIX. ¡Y es que este tipo de decisiones absurdas no suelen traer nada bueno!
No hace falta una dictadura o un gobierno militar para que se decidan censurar o prohibir filmes (por si no lo habíais notado últimamente). En España, en una de las decisiones más polémicas y extrañas de la historia del cine moderno. Pero no somos los únicos que han tomado decisiones repletas de controversia: un repaso a lo largo y ancho del planeta nos lleva a condenas de lo más ridículas. Por ejemplo, en Kazajistán se impidió ver 'Borat' en 2006 por causas obvios... pero el año siguiente, el eslogan de turismo del país fue la frase más famosa del personaje, "Very nice!".
Israel, y además tiene algunas máculas (hablando exclusivamente respecto a la censura audiovisual) en su historial.