En 1643,
René Descartes escribió una carta a la princesa
Isabel del
Palatinado en la que simplificaba un problema clásico de la geometría occidental y ofreció una solución: el llamado 'teorema de Descartes'; que, según el famoso problema que
Frederick Soddy publicó en 1936 en
Nature, se puede resumir como "la suma de los cuadrados de las cuatro curvaturas es la mitad del cuadrado de su suma en figuras".
Básicamente, encontró una relación entre los radios de cuatro círculos mutuamente tangentes. El problema es que el filósofo francés no explicó el razonamiento que había detrás de esa relación y, de hecho, nunca consiguió encontrar una fórmula general para más de cuatro círculos. Su intuición es que esa solución existía, pero no fue capaz de dar con ella. Eso ha traído de cabeza a los matemáticos desde entonces.
Hace un par de años Daniel Mathews y Orion Zymaris, de la Universidad australiana de Monash, decidieron probar con un enfoque radicalmente nuevo.
¿Y si usamos herramientas de la física teórica? Esa fue la duda que se hicieron: como explicaba Héctor Farrés, en lugar de tirar de las herramientas de la geometría convencional, empezaron a jugar con 'espinores' (un tipo de objetos de la física teórica que necesitan un giro de 720 grados para volver a su posición natural).
"Usamos una versión de espinores desarrollada por Roger Penrose y Wolfgang Rindler, que aplicaron a la teoría de la relatividad", decían los autores.