Daniel
Jiménez, de la
Revista Haz, me envió algunas inquietudes por correo electrónico hace algunos días para un artículo que estaba preparando sobre el creciente auge del trabajo asíncrono, que publicó hoy con el título «El trabajo asíncrono, una nueva modalidad laboral para dejar de "calentar la silla"» (pdf).
Lógicamente, el trabajo asíncrono no es ni para todas las empresas, ni para todos los puestos, ni para todos los trabajadores. Sin embargo, sí lo es para muchas más situaciones de las que se plantean habitualmente, y si no entra en el programa de muchas empresas es, simplemente, por un problema de cultura empresarial basada en la supervisión constante, en la filosofía de aquel taller de la revolución industrial en la que si el jefe no estaba siempre mirando, el trabajador no hacía su trabajo. Eso, genera muchas veces situaciones entre lo absurdo y lo directamente patético.
P. ¿Cuáles son los principales ventajas del trabajo asíncrono para las empresas? (productividad, eficiencia en los procesos, etc.)
R. Las ventajas del trabajo asíncrono para las empresas son, fundamentalmente, las derivadas de unos trabajadores adaptados a la lógica de laborar en el entorno tecnológico actual. Si algo carece de lógica es tener herramientas avanzadas que permiten independizar el trabajo del tiempo y el espacio, y negarse a utilizarlas.