El mundo de los videojuegos está viviendo un momento realmente convulso con
Sony y
Microsoft compitiendo desde hace años. Los juegos exclusivos son una de las grandes herramientas que tienen ahora estas empresas para hacer de sus consolas más atractivas. Pero ahora mismo
Microsoft no está viviendo su mejor momento en este campo.
En materia de hardware,
Microsoft Permanentemente ha estado en la cola, con una Xbox One que solo ha vendido 58 millones de unidades, mientras que
Sony lidera con su PlayStation 5 y 117,2 millones de unidades vendidas. Esto hizo que
Microsoft tuviera que reaccionar con el lanzamiento de
Game Pass, un servicio de suscripción que permite ahora mismo a los jugadores disfrutar de un gran catálogo de juegos a través de un catálogo mensual.
Este plan de suscripción, lo cierto es que fue una gran idea que hizo que otras muchas empresas, como
Sony, siguiera por esta senda. Pero lo más interesante de todo es que pagando este plan de suscripción se pueden disfrutar de varios juegos nuevos desde el día uno de su lanzamiento. Siempre que fueran títulos controlados por la propia
Microsoft. De esta manera trataban de sacar pecho ante su posible falta de exclusivos que sí tenía
Sony.
Hasta ahí todo bien. Pero
Microsoft siguió aumentando sus inversiones con la compra de importantes estudios como Bethesda o Blizzard. Esto habría una gran esperanza de que
Game Pass se nutriera de nuevos juegos que son realmente queridos.