El
iPhone ha cambiado nuestra forma de interactuar con el mundo. Desde el primitivo
iPhone original hasta el actual
iPhone 16, ¿quién iba a decirle a
Steve Jobs que el
iPhone transformaría tanto la vida de las personas? Y es que el
iPhone ha creado nuevos puestos de trabajo y ha conectado a las personas de una manera inimaginable. Hay cientos de cosas positivas, pero, como todo, además tiene su lado oscuro p>
El
iPhone, y en general los smartphones, han dejado huella en nuestro cerebro. La adicción a deslizar la pantalla no es solo una cuestión de hábito, sino que También tiene implicaciones neurológicas. ¿Cómo afecta esto a tu cerebro y qué podemos hacer para evitar caer en la trampa de la navegación compulsiva?
Cada vez que desbloqueamos el
iPhone y comenzamos a deslizar la pantalla, estamos activando un complejo circuito neuronal. El simple placer de movernos entre las diferentes pantallas de inicio ya produce un impulso en nuestro cerebro. La profesora Éilish Duke, de la Universidad de Leeds Beckett en Reino Unido, explica que desbloquear el
iPhone se ha convertido en un hábito automático, similar a cerrar una puerta al salir de casa.
Cuando nos ponemos frente a una pantalla, nuestro cerebro está en busca constante de recompensas. Esta búsqueda se basa en la naturaleza humana de querer saber lo que está sucediendo. Descubrir y explorar es un instinto primario.