Si tu ordenador con
Windows 11 ha comenzado a presentar
problemas gráficos, es posible que la causa sea la
tarjeta gráfica o sus controladores. En muchos casos, estos inconvenientes pueden solucionarse sin necesidad de cambiar de hardware, simplemente aplicando algunos ajustes y actualizaciones en el sistema.
En este artículo, te guiaremos a través de los métodos más efectivos para solucionar fallos gráficos en
Windows 11. Desde la renovación de controladores hasta la restauración del BIOS, exploraremos todas las opciones para mejorar la estabilidad y el rendimiento de tu
tarjeta gráfica.
Antes de comenzar con soluciones más avanzadas, es importante verificar que la
tarjeta gráfica esté correctamente configurada en el sistema.
- Abre el Administrador de Dispositivos escribiéndolo en la barra de búsqueda de Windows.
- En la sección Adaptadores de pantalla, asegúrate de que tu tarjeta gráfica aparece listada correctamente.
- Si solo ves el Adaptador de pantalla básico de Microsoft, significa que el sistema no está detectando la GPU correctamente.
Reinicia el controlador gráfico
- Pulsa Windows + Ctrl + Shift + B al mismo tiempo.
- Si la operación se realiza correctamente, la pantalla parpadeará y escucharás un sonido breve.
Este método es útil cuando la pantalla se congela o se vuelve negra de manera repentina.