La
hipertrofia y la reparación del daño
muscular son dos procesos separados que, si tienen algo en común es que ambos necesitan un incremento en la tasa de síntesis de nuevas proteínas. Sí, es cierto que hace unos años se creía que el daño
muscular podría ser uno de los catalizadores que provocaran la
hipertrofia, y para la sabiduría popular era algo que tenía toda la lógica del mundo puesto que primero rompemos algo y a continuación lo reparamos y lo hacemos más grande y fuerte.Â
Lamentablemente esto no es así ya que sabemos que la tensión mecánica es lo que realmente
provoca la
hipertrofia. Dicho esto, en este artículo vamos a explicar por qué el daño
muscular no
provoca hipertrofia y cómo, en todo caso, podría provocar lo contrario. Además analizaremos las hipótesis erróneas que hace años se barajaban para defender el daño como un posible factor que explicara la
hipertrofia.Â
La
hipertrofia implica hacer crecer las fibras musculares, ya sea a lo ancho o a lo largo. El daño
muscular ocurre cuando se dañan las estructuras internas de una fibra
muscular o las capas externas que las envuelven. Dependiendo de lo grande que sea el daño el cuerpo puede simplemente reparar y sustituir las zonas dañadas de la fibra a base de añadir nuevas proteínas, o si el daño es grave, regenerarla prácticamente de cero a continuación de que la fibra dañada se haya descompuesto.