Si con frecuencia te ocurre que te sientes demasiado lleno como para que te entre un bocado más, pero cuando llega el momento del postre ese espacio se hace mágicamente, te mostramos cuál es la explicación científica por la cual permanentemente tienes
hueco para el postre.
Con frecuencia, evitar la ingesta de dulces cuando estamos verdaderamente  saciados tiene más que ver con nuestra fuerza de voluntad y nuestros hábitos o costumbres previa,s que con decisiones internas de nuestro organismo.
La ciencia ha demostrado de diferentes formas por qué permanentemente tenemos espacio para consumir un dulce o un postre, aunque estemos verdaderamente saciados.
En primer lugar, debemos saber que en nuestro organismo existe algo así como  una saciedad sensorial específica o saciedad sensoroespecífica, que explica por qué podemos seguir comiendo cuando ya estamos llenos.
Ya en 1981 se determinó la presencia de esta saciedad sensorial específica en  humanos y un estudio publicado en NeuroReport señala que en la saciedad son determinante las características de los alimentos que estimulan nuestros sentidos. Es decir, que cuando estamos verdaderamente llenos pero hay un nuevo plato o un alimento diferente que estimula zonas cerebrales de nuestro cerebro y despierta nuestros sentidos, podemos dar lugar a su ingesta.