La privacidad es la gran batalla de esta década. En un mundo digital donde nuestros datos son moneda de cambio, cada vez más clientes buscan alternativas que garanticen comunicaciones seguras. Entre ellas, una aplicación que no solo rivaliza con WhatsApp y Telegram, sino que recientemente se ha convertido en una de las apps más descargadas en la App Store.

El reciente escándalo en Estados Unidos, en el que miembros de la administración Trump utilizaron Signal para coordinar comunicaciones sensibles sobre bombardeos en Yemen con funcionarios federales, subraya una paradoja interesante: los gobiernos desconfían de las plataformas cifradas, pero terminan usándolas (mal, en este caso) cuando realmente pretenden lograr privacidad.

Que Telegram es un pozo sin fondo de contenido ilegal es algo que nadie le pilla por sorpresa. Tampoco que es una de las mejores apps de mensajería que existen, y que cada poco tiempo se actualiza para agregar novedades que en otros servicios llevamos años soñando.

Que Telegram y WhatsApp son rivales acérrimos en el segmento de las apps de mensajería, no es novedad. Como tampoco lo es que a lo largo de los años se han copiado descaradamente al implementar nuevas funciones y cualidades, conducta que ha dejado especialmente en evidencia a la plataforma que pertenece a Meta.

El Ministerio de Defensa de Rusia ha asegurado haber destruido en Ucrania un obús autopropulsado RCH 155 de 155 mm, un modelo de fabricación alemana. Sin embargo, hay un detalle que llama la atención: los primeros envíos de esta pieza de artillería avanzada están programados para más adelante este año. En otras palabras, Moscú afirma haber eliminado un vehículo que, en teoría, todavía no forma parte del arsenal ucraniano.

No, no eres el único que ha pensado mal cuando ha enviado un WhatsApp, ha salido el doble check azul y no le ha respondido. Tener activadas las confirmaciones de lectura en este tipo de aplicaciones puede tener efectos adversos en salud mental e incluso en términos de seguridad del dispositivo. Parece exagerado, pero es algo en lo que coinciden varios expertos en psicología y ciberseguridad.