Hubo un tiempo donde Apple y Microsoft eran como Sega y Nintendo o como Tom y Jerry: enemigos declarados. Rivales enfrentados por una misma porción de pastel. O porque ambos querían comerse el pastel entero, más concretamente. Y, al frente, dos potenciales enemigos: Steve Jobs y Bill Gates.
El 28 de junio de 1997, Steve Jobs dio la keynote más estomagante de su carrera, una donde se presentó sin haber dormido y no precisamente por estar celebrando.