La década de los setentas y los ochentas en la televisión mexicana se puede resumir en la carrera y rostro de una sola actriz: Verónica Castro, la despampanante protagonista de mirada hipnotizante y cabellera excepcional no sólo haría historia al protagonizar éxitos como 'Rosa Salvaje', sino que su imagen además sería reconocida del otro lado del mundo, al ser una de sus telenovelas de las primeras en transmitirse en las cadenas de televisión de la URSS.