HBO ha construido gran parte de su imperio en el morbo del sexo. Para qué vamos a negarlo a estas alturas: durante años, era el único sitio en la televisión donde, además de historias maduras y obras maestras televisivas, se podía ver sexo más o menos explícito, lo que le ha hecho ganar fama (y, por qué no decirlo, ciertas expectativas que no siempre cumple).

La tercera temporada de White Lotus de HBO, redobló la apuesta del humor negro, combinado con una crítica directa a los privilegios. De incesto, pasando por un crimen entre los sofisticados huéspedes de la sede en Tailandia del elegante hotel.

Con una temporada más larga y de momento más a fuego lento que los previos, la trama que tiene más intrigados a los fans veteranos de 'The White Lotus' tiene de hecho que ver con temporadas previos. Pese a ser una antología, entre los nuevos huéspedes del White Lotus de Tailandia se encuentran Belinda y Greg, dos personajes que llevan con nosotros desde el comienzo de la serie.

White Lotus es un fenómeno poco frecuente en la televisión, a pesar de que su historia, la de un grupo de personajes privilegiados que terminan por mostrar su lado más oscuro, no es original. Pero sí lo es la forma en que esa transformación se cuenta.