El camino del cine es muy accidentado para muchas personas, sin embargo, algunas de ellas aunque, al principio desconocidas, logran hacer historia porque su peculiar origen es una anécdota digna de su propia film, tal como le sucedió a un empresario mexicano que, por su amor por la riqueza natural del país, lo  llevó a ser condecorado en una gala de los Premios de la Academia.