He de reconocer que tengo cierta debilidad eso que los angloparlantes denominan un "soft spot" por el trabajo del controvertido Max Landis. Es un auténtico placer devorar sin esfuerzo los guiones que se tradujeron en largometrajes como 'Chronicle', 'Mr. Right' o 'American Ultra' o, 'Victor Frankenstein' o 'Bright'; dos títulos con los que conseguí conectar sin problemas el último me chifló pese a desvirtuar casi por completo su material base.