Hay un detalle de Assassin's Creed Shadows que me ha tenido obsesionado durante las dos partidas y más de 150 horas que he jugado. No es el parkour, la mecánica de deslizamiento ni tampoco todos los elementos RPG, más bien tiene que ver con el sonido. Porque, como ya te conté durante el último artículo de Helldivers 2, tiendo a obsesionarme mucho con este apartado.

El sonido de Shadows no es la gran cosa.

"Tenemos que montar un bar" es algo que todo par o grupo de amigos piensan alguna vez en su vida. Se ha parodiado en series y filmes precisamente porque es un hecho (casi) inevitable. La mayoría de veces cae en el saco de los sueños perdidos, pero de vez en cuando se hace realidad. Y alguien en China pensó que sería buena idea montar un bar a lo Red Dead Redemption 2.

El sigilo es un estilo de juego muy gratificante cuando todos los engranajes del videojuego están bien engrasados, pero un verdadero problema cuando la maquinaria no funciona como debería. Assassin's Creed Shadows definitivamente ha sido un avance enorme para la franquicia gracias a Naoe, las nuevas mecánicas, el movimiento y las animaciones... pero todavía carga con el mismo lastre que sus predecesores.

Podría pasarme todo el día escuchando la banda sonora de Furi y sería sorprendente que la aborreciese. Los miembros de The Game Bakers dieron un golpe encima de la mesa con uno de los mejores boss rush que se hayan visto, aunque la sombra sobre los franceses se cirnió con Haven. Su próximo proyecto, una aventura de carácter amoroso con combates por turnos, no caló en mí y pensé que los derroteros del estudio irían por otros derroteros más amigables.

Nadie niega que Eiichiro Oda es uno de los mayores genios que ha dado la Shonen Jump. El autor se ha convertido en un pilar fundamental de la revista y lo seguirá siendo durante varios años. Sin embargo, parece que sus primeros pasos en la editorial no fueron del todo buenos. Y no, no hablamos de Romance Dawn, sino de otro manga que creó con tan solo 15 años.

Vaya por delante que si la misma frase la pronuncia alguien que no es Anthony no es lo mismo. Es "otra cosa". Las sensaciones de regresar a ese juego que te obsesiona -o a tu saga favorita- se diluyen por completo sin esa voz que nos ha acompañado durante tanto tiempo e incluso si se cambia alguna de las siete palabras. Sin embargo y esto te va a fascinar, originalmente eran 13 palabras: "if it's in the game, EA Sports, it's in the game".

La industria del videojuego en Polonia está viviendo un momento muy dulce. Muchos de los protagonistas del Future Games Show 2025 se están desarrollando desde ahí, pero hay un estudio que brilla con una intensidad especial: CD Projekt. Una compañía que, por cierto, es capaz de vender sin ningún tipo de sistemas de anticopia más de 15 millones de unidades de The Witcher 3. Pero, claro, el único sitio en el que el éxito bien merecido precede al trabajo duro es en el diccionario.